El BCE abre al máximo la barra libre de liquidez para inyectar dinero en la economía
El BCE anuncia medidas para que las entidades puedan acudir con préstamos de todo tipo a sus subastas de efectivo
Christine Lagarde le ha cogido gusto a disparar balas monetarias contra el Covid-19. Ha ampliado hasta niveles nunca vistos el colateral que acepta como garantía para que los bancos acudan a las subastas de liquidez que organiza el Banco Central Europeo. Esta nueva normativa, que la organización aclara que será temporal como emergencia antipandemia, afectará tanto a las subastas de largo plazo ordinarias como a las bonificadas para dar crédito a familias y empresas. El BCE señala que “son medidas sin precedentes para mitigar el endurecimiento de las condiciones financieras en toda la zona del euro”.
Ya cuando activó su bazuca de compras de deuda pública y privada por 750.000 millones de euros el pasado 18 de marzo, el BCE anunció que daría más flexibilidad a las entidades financieras para acudir a su ventanilla de liquidez ilimitada. Ha proclamado que graduará un “aumento temporal de la tolerancia al riesgo para apoyar el crédito a la economía” y que “suavizá las condiciones para la utilización de los créditos a empresas y familias como garantía”.
En esencia, a partir de ahora el BCE hará menos descuento sobre el valor de las garantías, aceptará deuda soberana griega como aval y además evaluará nuevas medidas para mitigar temporalmente el efecto de las rebajas de calificación por parte de las agencias de rating. Solo en marzo, la oleada de recortes de rating ha provocado que más de 40.000 millones de euros en deuda empresarial haya quedado degradada por debajo del umbral del venerado BBB- o grado de inversión, según los cálculos de Bank of America.
Las medidas
La primera medida supone que el BCE flexibilizará su estructura de garantías, de manera que aceptará créditos de empresas, familias y autónomos que estén avalados. El Gobierno español dará avales por un mínimo de 100.000 millones a través del ICO que cubrirán entre el 60% y el 80% del importe del crédito; Alemania concederá hasta 500.000 millones a través del Banco Alemán de Desarrollo (KfW). Además, el BCE permitirá a los bancos que realicen su propia evaluación de la calidad de los créditos, sin necesidad de las mencionadas agencias, y reduce el nivel de información que solicita sobre ellos.
La segunda medida es que ya no habrá un mínimo para aceptar un crédito como colateral; antes el umbral estaba en 25.000 euros. La misión: facilitar la movilización de créditos por pequeñas empresas como garantía ante el BCE. También elevará del 2,5% al 10% el máximo de deuda sin colateral que acepta de un solo emisor. Y además permitirá que se utilice deuda griega para pedir liquidez en las subastas. La última vez que lo autorizó fue a mediados de 2018.
La tercera medida es que el BCE será más benévolo al aplicar los recortes de valoración. De media, reducirá esos descuentos en torno a un 20%. Por ejemplo, si antes por un activo valorado en 100 euros aplicaba un descuento del 10% y entregaba al banco liquidez por 90 euros, ahora el descuento bajará. Con un activo de 100 euros, el descuento será del 8%, de manera que el banco recibirá 92 euros. “Este ajuste tiene como objetivo contribuir a las medidas de flexibilización de las garantías y mantener al mismo tiempo un grado constante de protección en todos los tipos de activos de garantía, aunque a un nivel, temporalmente, más bajo”.
La siguiente subasta de liquidez del BCE ligada a la concesión de crédito arrancará el 11 de mayo. El periodo de solicitud de la liquidez finalizará el día 25 del próximo mes y los datos se publicarán el 18 de junio. En la última de este tipo, la banca solicitó 115.000 millones. El precio de este dinero es de hasta 25 puntos básicos inferior a la facilidad de depósito. Así, los bancos que presten dinero en estas condiciones recibirán una prima del 0,75%. Unos días antes, en la ordinaria a tres meses, pidieron 109.000 millones, la mayor cuantía desde 2011.