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El Eurogrupo logra al fin un pacto para movilizar 500.000 millones

Fuente: Expansión
10/04/2020

La situación se desbloqueó tras un acuerdo previo entre Alemania, Francia, Italia, España y Países Bajos, que retiró su exigencia de vincular las ayudas del MEDE a ajustes

Fumata blanca en Bruselas. Tras otra sesión maratoniana, en esta ocasión de negociaciones entre bastidores previas a la celebración de la videocumbre, los ministros de Economía y Finanzas de la UE lograron por fin este jueves un acuerdo para ofrecer una respuesta conjunta y coordinada a la crisis del coronavirus. Tras los fiascos de las reuniones anteriores y bajo una enorme presión, el Eurogrupo consiguió pactar ayer la movilización de más de 500.000 millones de euros para mitigar los efectos de la pandemia, que serán desvastadores en toda la zona euro y, en especial, en países como Italia y España.

En virtud de ese pacto, el fondo europeo de rescate, el MEDE, ofrecerá hasta 240.000 millones de euros en líneas de crédito a los Estados miembros, con una condicionalidad más laxa que la que pedían los países del norte y vinculada al uso de los fondos a combatir la epidemia. De hecho, fuentes diplomáticas señalaron que el desbloqueo de la situación solo fue posible después de que Holanda retirase sus exigencias de vincular los préstamos del MEDE a futuros ajustes y reformas estructurales, algo a lo que países como España e Italia se oponían frontalmente.

Por su parte, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) movilizará otros 200.000 millones en préstamos para empresas, mientras que el fondo de la Comisión Europea para financiar los numerosos ERTE que ha provocado el parón de la actividad contará con otros 100.000 millones de euros de potencia de fuego. Es la triple red de seguridad de que hablaba el Gobierno español y que tanto ha costado cerrar.

El Eurogrupo alcanzó esta solución tras un pacto previo entre Alemania, Francia, Países Bajos, Italia y España en el que los bloques norte y sur lograron el deshielo y un punto de acercamiento, especialmente entre los gobiernos italiano y holandés, que eran los más distanciados. La vicepresidenta económica del Ejecutivo español, Nadia Calviño, aplaudió anoche el pacto: "Hemos alcanzado un buen acuerdo en el Eurogrupo, con una red de seguridad triple para trabajadores, empresas y estados en la lucha contra el Covid-19. Seguiremos trabajando en mecanismos comunes de financiación para la recuperación económica", escribió en Twitter tras la videocumbre.

La Unión, en peligro

Los miembros del Eurogrupo llegaron a esta nueva cita con las espadas de la división en alto, pero también bajo la amenaza de hacer implosionar el propio proyecto europeo si no eran capaces de alcanzar una respuesta conjunta aun de mínimos. "Lo extraordinario de esta emergencia exige contundencia, medidas nuevas. De lo contrario, nuestra Unión está en peligro", alertó ayer el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, horas antes de que comenzara el Eurogrupo. Con medidas nuevas, Sánchez revelaba el principal punto de fricción del Eurogrupo: la mutualización de la deuda que piden Francia, España e Italia, y de la que ni Alemania, ni Holanda ni Austria quieren oír habla, un debate que, de nuevo, se ha visto postergado.

En la reunión del martes, los roces comenzaron con el debate sobre el fondo de rescate. Los países del Sur pedían que no se impusieran condiciones a quien solicitara la ayuda del MEDE, ya que la exigencia de un plan de ajuste, por ejemplo, podría estigmatizar al país que lo pida ante los mercados a los que acude a financiarse. Holanda, Austria y los países bálticos, sin embargo, se negaban en redondo a ayudas a cambio de nada. Y aunque conforme avanzó el debate, con Alemania de mediadora, algunos halcones del norte fueron cediendo, Holanda no dio su brazo a torcer... hasta ayer.

En cualquier caso, los países más afectados por la pandemia, Italia y España, han dicho en reiteradas ocasiones que no planean recurrir a ese fondo de rescate.

Lo que había atascado completamente el debate era la cuestión de la mutualización de la deuda. Mientras los halcones se niegan en redondo a respaldar a países con deudas muy elevadas para que se endeuden todavía más (la de Italia supera el 130%, y la de España en más del 95%); los mediterráneos defienden la idea de eurobonos para evitar caer en una espiral insostenible de deuda que nadie en los mercados esté dispuesto a comprar sin garantías.

"Ni España ni el resto de los países de la UE van a poder asumir en solitario la carga fiscal que suponen las ayudas ante la crisis y las inversiones que tendrán que movilizar para reactivar la actividad y lograr la recuperación", advirtió ayer la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que defiende la postura de España en el Eurogrupo. El Gobierno está dispuesto a aceptar un paquete inicial de medidas a corto plazo como el que el Eurogrupo tenía sobre la mesa, pero sólo si se trabaja en una "respuesta común en el medio plazo, con una emisión conjunta de deuda", dijo Calviño, reiterando que las medidas tomadas son "positivas", pero "no suficientes".

España ha moderado su estrategia de negociación, desmarcándose de la férrea oposición de Italia, con la que hasta hace unos días se alineaba amenazando con bloquear las negociaciones si el plan no incluía coronabonos. En la última reunión, Calviño se acercó a la estrategia de Francia, algo más flexible en el mecanismo, al valorar posibilidad de un fondo de recuperación respaldado por el presupuesto europeo, y en la forma de conseguirlo, llegando a conformarse con que ese fondo sea una promesa de medio plazo.